“No hubo brujos ni embrujados en el lugar hasta que se empezó a tratar y a escribir sobre ellos”.
El inquisidor Alonso Salazar y Frías, 1612
CONJURATORIO
En Isaba, como en tantos otros pueblos navarros, al balcón de la iglesia se le llamaba conjuratorio. En días de tormenta, o ante una prolongada sequía, plagas, epidemias, o ante cualquier otro maleficio, el abad, u otro clérigo, usaban este balcón para hacer un conjuro que anulase las fuerzas del mal.
CRUCERO
Antaño, en cada uno de los pueblos del valle del Roncal, existía un crucero en la entrada y en la salida de cada pueblo; e igualmente, existía también un crucero "de término" en aquellos puntos del Camino Real en donde confluían los términos de dos pueblos. Ante estos cruceros se detenían los pastores, los labradores, y cualquier otra persona que fuese o que volviese de trabajar; ante esas cruces de piedra se encomendaba el día que se iba a vivir, o se daba las gracias por el día vivido. Algunos de los episodios de brujería que se conocen en el valle están estrechamente ligados a estos cruceros. Y hoy, de todos ellos, únicamente sobrevive el de Urzainqui; y en Isaba, en su entrada por Erminea, sobrevive (como puede verse en la foto) la base de uno de estos cruceros, la denominada Cruz de la Magdalena.
CRUZ
La cruz es la señal de los cristianos; es el símbolo que se contrapone al poder del demonio. La cruz es protección frente a todo lo malo. Se colocaban pequeñas cruces bendecidas en los campos para proteger las cosechas; se colocaban en las puertas de las bordas para librar al ganado de todo maleficio; y se colocaban en las verjas de forja que protegen las ventanas, rematándolas en su parte superior, como guardián de los moradores de esa casa. Nada podían las brujas ni el demonio frente a la cruz. En esta foto puede verse una verja de ventana en el barrio de Bormapea, subiendo desde la iglesia hacia el Castillo.
EGUZKI - LORE
Lo vemos adornando muchas puertas. Es el eguzki - lore, también conocido como "flor del sol" o "flor del cardo". Es sabido que las brujas salían únicamente por la noche; se tenían que retirar antes de salir el sol. Y esta planta precisamente representaba al sol, de tal forma que, exhibiéndola en la puerta, se tenía la garantía de que la casa quedaba libre de todo maleficio. Había también otra creencia que decía que para poder entrar a una casa las brujas debían de quitar uno a uno todos los pinchos de la parte central de esta flor, que pueden ser miles, lo que garantizaba que al llegar la aurora todavía no habrían terminado.
ESPANTABRUJAS
Estamos ante un elemento que ya casi se ha perdido. Antaño, una forma de proteger las casas de cualquier acción de las brujas era colocando en la parte alta de la chimenea una cruz de piedra. A esta pieza se le llamaba "espantabrujas". Quedan varios ejemplares en Uztárroz. En Isaba tan solo se conserva el ejemplar que se ve en esta foto.
ESPELKO
Es una vieja costumbre cristiana llevar el Domingo de Ramos a la iglesia una rama para bendecir y colocarla después en la puerta o en una ventana de la casa para que vivienda y hacienda queden protegidas de todo tipo de maleficios. En Isaba se emplea para ello una rama de espelko, o ispelko, más conocido como boj rizado. Cuando se bendice y se coloca está todavía verde, y posteriormente acaba dorado. Es, todavía, una costumbre muy arraigada.
MAL DE OJO
Era creencia generalizada que algunas personas tenían poderes para echar "mal de ojo" a sus vecinos. Para liberarse de esta desgracia era habitual tallar sobre la puerta de entrada de la casa una cabeza de piedra cuya mirada tenía el poder de anular los efectos del "mal de ojo", evitando así que la desgracia entrase en casa. En el barrio del Txoko todavía puede verse en una clave de portalada, fechada en 1790, una cabeza redonda tallada en la cara inferior de esa pieza arquitectónica.